Cuentan que el día de Navidad había cuatro almas en el Cielo a punto de nacer. Antes de que eso sucediera, y tratándose de un día tan especial, Dios quiso conversar con ellas. “A ver, ¿qué deseáis para vuestra inminente existencia?”.
Una de las almas dijo: “Yo quiero nacer en una familia muy rica para poder gozar de muchos placeres durante mi vida”.
Otra replicó: “Yo prefiero viajar por el mundo, disfrutar de tierras exóticas y conocer todo tipo de personas y costumbres”.
La tercera prefirió: “Quiero encarnarme en una persona muy poderosa e influyente para poder ser célebre y famosa”.
La cuarta permanecía en silencio, hasta que Dios le instó a pronunciarse: “Yo no deseo nada en especial. No quiero ser una persona rica, ni influyente ni poderosa, ni quiero viajar o conocer otras tierras. Nada de eso me atrae. Y lo único que quiero es tener una mente que me permita vivir en paz y disfrutar de lo que posea, sin importar si es mucho o poco. Eso es lo único que pido, una mente tranquila”.
Y no es mal regalo para esta Navidad que nos abrirá las puertas de 2020. Si tienes de todo, pero no tienes paz, ¿qué tienes? Si todos te conocen pero no eres dueño de ti mismo ¿de qué te sirve? Una mente pacífica y feliz disfruta de todo, da igual cuánto sea, y es capaz de encontrar siempre un hilo de luz en la oscuridad más completa. Una mente en paz es una mente alegre, y de la alegría sólo nace más alegría. Pero la “loca de la casa”, como decía Santa Teresa de Jesús, está dispuesta a engullirte en cuanto te descuides.
Por eso mi lista de regalos al Niño Jesús, que está a punto de nacer, incluye para ti y para mí:
– Más actitudes constructivas y menos disgregadoras.
– Una atención vigilante.
– Saber disfrutar de cada instante del presente.
– Sanarnos y vacunarnos de algunos venenos interiores: odio, celos, envidia, soberbia…
– Unos minutos cada día, aunque sean pocos, para estar con nosotros mismos, y para encontrar en nosotros estabilidad y sosiego.
– Unas gafas que nos permitan ver lo bello y bueno que nos rodea.
Además, una mente en paz es una mente feliz. Y con mentes felices se construye un mundo feliz.
¡¡Feliz Navidad y un 2020 lleno de mentes en paz, lleno de mentes felices!!