El otro día vino a casa un amigo de Valencia que estaba en la ciudad por motivos profesionales. Cenando nos contó que acababa de cambiar de empresa. Dejaba una consultora industrial y se iba como Director de Mejora Continua a otra compañía. Una de mis hijas preguntó que qué era eso. El amigo le explico:
“Pues mira, se trata, más o menos, de ver cómo puedes sacar el lavavajillas de forma más eficiente, más efectiva, con menos viajes entre este y los cajones, en menos tiempo, con menos riesgo de que se te caiga algo…”.
Me quedé con el ejemplo y luego pensaba cuántos segundos de nuestra vida tratamos de arañar en esa desenfrenada tarea de vaciar el lavavajillas, o tender la ropa, o… A veces puede resultar bueno tirar la eficiencia por la ventana, vivir el momento, disfrutar de las sensaciones de sacar los platos y ponerlos en el armario (el sonido de la porcelana al chocar, la textura del plato recién lavado, el brillo de los tenedores relucientes…).
Dice el refrán castellano “Vísteme despacio que tengo prisa”. Y es que cuando vivimos alocados por la prisa no sólo es más probable que se nos caigan los platos, o tengamos un accidente si vamos deprisa con el coche, sino que además dejamos de vivir la esencia de la vida. La vida no es lo que sucede después de ducharte, o cuando has vaciado el lavavajillas o cuando has terminado el desayuno o cuando los niños están ya dormidos en la cama. No. La vida es lo que sucede ahora, momento a momento. Cuando vives el momento, la eficacia acaba surgiendo espontáneamente, el tiempo parece ir más lento y la vida se convierte en una delicia.
¿Por qué no procuras esta semana poner atención a cómo realizas tus actividades cotidianas? Cuando veas que aprovechar el tiempo se convierte en una tiranía, atrévete con algo distinto: saborea despacio lo que estás comiendo, abraza a alguien fusionándote realmente con esa persona… Aunque hacer algo (más) conscientemente puede suponer algunos segundos o minutos de más, a la larga conseguirás hacer más cosas si te relajas y disfrutas de la tarea. Volverás a reconciliarte con la vida y contigo mismo.