Cualquiera que vuele con cierta frecuencia compartirá conmigo que uno de los momentos más estresantes del vuelo es el embarque. Meter a 300 pasajeros por una única puerta y un único pasillo tiene su aquel. Esta semana he volado (de ida y ya de vuelta) a México a impartir unas sesiones en el Distrito Federal. Volaba en un cómodo asiento de primera clase en las primeras filas del avión y embarqué de los primeros con la intención de aprovechar ese rato hasta el despegue para escribir estas líneas. Pero fue complicado concentrarse con aquella riada de gente con abrigos, bolsos, maletas, voces hablando al móvil, voces de azafatas avisando a sus compañeras, avisos de emergencia y de no fumar…
Cuentan que un maestro insistía a sus discípulos en la necesidad de desarrollar la calma y la tranquilidad. Como no terminaban de prestarle atención, el maestro les dijo:
– Quiero que vayáis hasta un salto de agua y tratéis de miraros en sus aguas.
Los discípulos al regresar le indicaron que había encontrado una cascada pero que no pudieron verse las caras porque el agua las desfiguraba.
– Ahora quiero que vayáis a un lago y os miréis en sus aguas
Los discípulos volvieron contando cómo habían podido contemplar perfectamente su rostro.
Y es que todos necesitamos un poco más de calma. De tranquilidad. Necesitamos frenar un poco las revoluciones de este mundo, porque esto nos permitirá descubrir nuestro verdadero rostro interior y evolucionar.
Todos somos en lo más profundo como un lago. Pero el día a día nos arroja piedras al mismo que alteran la superficie y nos provocan la dispersión mental en la que vivimos.
¿Por qué estos próximos días no fijas en tu agenda tres paradas diarias, cortas pero intensas, en las que busques aquietar tu mente y alejarla de ruidos, llamadas, prisas y estrés? Verás cómo en ese momento de paz, ese asunto que te preocupa se vuelve más claro al prestarle toda tu atención. De la atención nace el sosiego; del sosiego, la claridad mental, y de la claridad mental, la comprensión profunda que transforma y libera.